¿Crees que ganar es el objetivo? No, mi amor… este juego me susurra cuando el mar se detiene. No necesitas 800 NZD para ser feliz: basta con un clic lento y un café frío en Madrid. La única victoria es sentirte presente mientras el ritmo del juego te abraza como una ola antigua. ¿Y los trofeos? Son recuerdos sin sonido… ¡como si la playa te abrazara en silencio! ¿Quién dijo que esto era solo un juego? Yo digo: es la vida que juega contigo.